En las elecciones municipales del pasado 24 de mayo, el PP obtuvo 6.599 votos (27,24 %) y 8 concejales en Castelldefels, mientras que el PSC logró 3.799 votos (15,93 %) y 4 escaños, y Movem Castelldefels 3.740 votos (15,68 %) y cuatro escaños. Las nueve concejalías restantes se las repartieron cuatro partidos: ERC obtuvo 3, y Ciudadanos, CiU y Castelldefels Si Pot (CSPOT) que consiguieron 2 cada uno. Candela López Tagliafico, coordinadora comarcal de ICV y líder de Movem, fue elegida alcalde con el apoyo del PSC, ERC y CSPOT que cuentan, en compensación, con un teniente de alcalde cada grupo. Dentro de dos años, Miranda Cuervas primer teniente alcalde del PSC sustituirá a López al frente de la alcaldía.
Una de las primeras medidas adoptadas por el nuevo consistorio ha sido aprobar una moción para sumarse a la
Associació de Municipis per la Independència (AMI) cumpliendo así la exigencia impuesta por ERC para suscribir el acuerdo de gobernabilidad. Como estaba previsto, la moción fue aprobada en el pleno del 23 de julio por los cuatro grupos (Movem, PSC, ERC, CSPOT) y rechazada por el PP y Ciutadans. Así que una vez más gracias a los concejales del PSC, otro municipio se suma en Cataluña a una de las entidades que, junto con la ANC y Omnium Cultural, conforman la red ciudadana del movimiento nacional-independentista. De hecho, la AMI desempeña un papel mucho más trascendental que las otras dos organizaciones, puesto que son los presupuestos de los Ayuntamientos los que sostienen los medios de información (radios, televisiones y periódicos) locales; los que promueven y financian infinidad de actividades educativas, culturales y festivas orientadas a adoctrinar y convencer a los ciudadanos, desde los niños a los jubilados, de las bondades de la independencia; y los que brindan cobertura logística a la ANC y Omnium para desarrollar sus campañas de propaganda.
Ante el Ayuntamiento de Castelldefels se concentraron dos grupos, el más numeroso rechazaba la moción mientras una cincuentena de independentistas la apoyaban. Miranda, teniente alcalde del PSC, justificó su voto a favor aduciendo que era la única manera de poder realizar adelante «políticas sociales irrenunciables». En similar vena, se expresó el concejal Miralles de ICV-Movem. Para Casas, teniente alcalde de ERC, la moción constituye un paso adelante para construir un “nuevo país” más justo. Tras aprobarse la moción, la policía local tuvo que intervenir para evitar que los insultos entre ambos grupos derivaran en un enfrentamiento violento.
¿No les parece intelectualmente indecente argüir que, para llevar a cabo nadie sabe qué políticas sociales irrenunciables el PSC e ICV apoyen la adhesión de Castelldefels a una organización cuyos principales objetivos son «compartir ideas, iniciativas legales o cívicas, experiencias, información y herramientas de gestión y todo aquello que pueda ser útil para conseguir la independencia» y «concienciar a la ciudadanía de la necesidad de que Cataluña pueda ejercer el derecho de autodeterminación»? Ningún socialdemócrata serio puede aceptar que para llevar a cabo políticas a favor de los más desfavorecidos en Cataluña haya que sumarse al proyecto independentista que propugna precisamente separar a los ciudadanos de una de las CC. AA. más ricas del resto de españoles para que los catalanes sean algo más ricos. Disfrazar bajo el manto de la justicia social políticas que acentúan las diferencias entre ricos y pobres constituye una ofensa a la inteligencia y pone de manifiesto hasta qué punto partidos que se autodefinen comoprogresistas y de izquierdas en Cataluña (PSC, ICV, ERC y CUP) han perdido completamente el norte.

Montilla con Mas y Maragall en la manifestación convocada para Montilla con Pujol y Maragall en la manifestación contra la sentencia del TC sobre el Estatut
Lo ocurrido esta semana en el Ayuntamiento de Castelldefels (y en otros Ayuntamientos en Cataluña) debería hacer perder toda esperanza a aquellos socialdemócratas catalanes que confiaban en que la marcha de algunos independentistas confesos (Maragall, Elena, Tura, Geli, Nadal, Castells, etc.) permitiría cambiar la orientación y las políticas del partido. De nada sirve que el PSC renuncie a incluir el ‘derecho a decidir’ en el programa de las próximas elecciones autonómicas si continúa gobernando en el ámbito municipal con partidos como ERC que se jactan de incumplir las leyes y las sentencias de los tribunales, y si apoya que los Ayuntamientos donde gobierna en coalición con ERC se sumen a la AMI. Aunque Sánchez, secretario general del PSOE, tuvo que reconocer ante la insistencia de los periodistas que “no todo vale para gobernar”, el PSC de Iceta –como antes el de Maragall y Montilla– sigue siendo el cómplice primario o indispensable de decisiones que recortan nuestros derechos constitucionales, y promueven el adoctrinamiento de los ciudadanos para conseguir una mayoría a favor de subvertir el orden constitucional. Nada más y nada menos

Maragall, Ros (alcalde de Lérida) y Geli disfrutando la Diada de 2012 «Cataluña, nuevo estado de Europa».
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Lo diré de manera menos tajante: estamos ante una izquierda autocomplaciente que para ganar un plato de lentejas dijo «aprobaré lo que digan los catalanes» y ahora dice «negociaré lo que haga falta». Pues no, usted no puede negociar nada, usted puede, eso sí, reformar la Constitución si cuenta con los apoyos necesarios. Al final, acabarán llevándonos a un callejón sin salida.
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