Sánchez hunde a Aragonès y resucita al prófugo

Adjunto enlace a mi artículo publicado desde el Observatorio Económico y Social de España y Cataluña (OBESCAT) en el diario Expansión el 13 de mayo de 2024. Agradezco de antemano su ayuda para difundirlo entre sus amigos y contactos.

Quizá ustedes recuerden las palabras que pronunció Sánchez en el Congreso el 4 de noviembre de 2019: “a ustedes, Sr. Casado, se les escapó [el prófugo] y yo me comprometo, hoy y aquí, a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la justicia”. De poco le sirvió a Casado recordarle su promesa desde Valladolid el 21 de noviembre de 2021, y, hoy y aquí, podemos decir que el presidente Sánchez ha hecho todo lo posible para traerlo de vuelta a España, no para sentarlo ante los jueces como prometió, sino para ponerle una alfombra roja y recibirlo con todos los honores a su regreso del ‘exilio’. Y tal vez recuerden también las palabras igualmente proféticas pronunciadas por el ministro Illa: “de amnistía y todo eso, nada. Lo repito: de amnistía y todo eso nada”. Pues bien, con una ley de amnistía ya aprobada en el Congreso llegamos los catalanes a estas elecciones en las que Illa pretende convencernos de que el engendro urdido por Bolaños, Cerdán y Sánchez es  “un signo de fortaleza y solidez de la democracia española”.

La decisión del PSOE de sentarse a negociar con el prófugo de Waterloo en el ‘exilio’ su propia amnistía y presentarla como Proposición de Ley Orgánica de Amnistía en el Congreso el 13 de noviembre de 2023, sólo prueba que sin los siete votos de Junts Sánchez no habría sido investido presidente del gobierno dos días después. Pero la apuesta de Sánchez para asegurarse su permanencia en la Moncloa persiguió como una sombra alargada al candidato del PSC durante toda la campaña y ha dado alas al prófugo de Waterloo. Aunque las dos encuestas realizadas por el CIS de Tezanos otorgaban una holgada mayoría al PSC (29,8%-33,2%) y un empate técnico entre Junts (15,4%-18,1%) y ERC (15,2%-17,9%), casi todos los sondeos (incluidos los ‘prohibidos’) coincidían en que si bien el PSC obtendría el mayor porcentaje de votos, Junts iba a ganar con claridad la partida a ERC y se estaba acercando al PSC.

El prófugo se encontraba en una situación política desesperada en julio de 2023,, pendiente de que el Tribunal de Justicia de la UE ratificara la pérdida de su inmunidad acordada ya por la Eurocámara y ratificada por el Tribunal General de la UE, pero le ha bastado negociar la amnistía en solitario para convencer a los independentistas irredentos que es el único candidato que tiene a Sánchez cogido por la pernera alta y sabe apretarle a fondo. Quizá, por ello, muchos de quienes flaquearon en la fe tras su vergonzosa huida a Waterloo han vuelto a ver en él al líder capaz de conducirlos a la tierra prometida.

Con el 98,0% del voto escrutado, los resultados vienen a confirmar a) la clara victoria de Illa con 42 escaños, 9 más que en 2021; b) la hegemonía de Junts en el bloque nacional-secesionista que suma 3 diputados a los 32 obtenidos en 2021, pese a la irrupción de Aliança Catalana que entra en el Parlamento con 2 diputados; c) el desfondamiento de ERC que obtiene 20 escaños y pierde 13; d) la erosión de Comuns-Sumar y la CUP-DT que pierden también 2 y 5 escaños, respectivamente; e) el ascenso del PP que sale de la UCI muy reforzado: suma 12 escaños a los 3 obtenidos en 2021, vuelve a ser la cuarta fuerza política en Cataluña y puede jugar un papel decisivo en el Parlamento; y f) Vox mantiene sus 11 diputados y parece haberse topado con su techo electoral. Con estos resultados, Illa aparece como el único candidato con respaldo suficiente para aspirar a ser investido presidente, aunque tendrá que contar con otros partidos para lograrlo.

Habrá tiempo para analizar con más detenimiento los resultados, incluida la preocupante baja participación, pero cabe de momento extraer algunas conclusiones con implicaciones sobre la gobernabilidad de Cataluña y España. En clave autonómica, se puede concluir que el trato especial dispensado por Sánchez al prófugo perjudicó las candidaturas de Illa y Aragonés. Illa solicitó incluso que los ministros de Sánchez no participaran en su campaña, aunque no pudo evitar la presencia de Sánchez, ansioso de rentabilizar la victoria del PSC con la mirada puesta en las elecciones europeas. A Aragonès le ha perjudicado el apoyo prestado a Sánchez durante la pasada legislatura a cambio de casi nada, y el gravísimo error que cometió al dar luz verde a la ley de amnistía en diciembre, dejando al prófugo protagonizar la negociación hasta la aprobación definitiva de la ley en el Congreso el 17 de marzo. Los líderes de ERC se habrán preguntado más de una vez durante la campaña en qué malhadada hora decidieron anticipar las elecciones creyendo que podían coger al prófugo con el pie cambiado.

La victoria del PSC abre a Illa la puerta para convertirse en presidente cerrando acuerdos de gobierno con ERC y Comuns-Sumar, incluso contando con la abstención del PP en la segunda sesión de investidura si resultara necesario. A la vista de lo ocurrido entre 2003 y 2010, un gobierno de esta guisa no asegurará la estabilidad política en Cataluña, pero puede considerarse un mal menor comparado con la situación que podría haberse presentado con un gobierno presidido por el prófugo y respaldo de los restantes partidos nacional-secesionistas, un escenario que nos habría devuelto al 10 de enero de 2016. Ahora bien, la formación de un gobierno presidido por Illa podría llevar al prófugo a retirarle a Sánchez su apoyo en Madrid para provocar la convocatoria de elecciones generales en las que, si bien Junts podría mejorar sensiblemente su representación en el Congreso a costa de ERC, los españoles tendríamos oportunidad de ratificar o no la amnistía en las urnas.

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