Artículo publicado en el diario Expansión el 21 de diciembre de 2015
Papeletas electorales.
Estas elecciones han sido probablemente las más importantes desde la victoria del PSOE en 1982 que puso punto final a la transición de la dictadura a la democracia representativa. La difícil situación en que se encuentran –aunque por razones bien distintas– los hasta ahora partidos hegemónicos (PP y PSOE) daba cierto aire de verosimilitud a las pretensiones de los partidos emergentes (Ciutadans y Podemos) que abogaban por un cambio de ciclo e inicio de una segunda transición.
Rivera e Iglesias.
Del cara a cara a las elecciones
Rajoy y Sánchez antes de iniciar el debate, 15 de diciembre de 2015
Antes del cara a cara entre Rajoy, defensor del título, y Sánchez, todas las encuestas electorales daban perdedor al aspirante –76-92 escaños frente a 103-128 adjudicados al Presidente–. Quizá, por ello, Sánchez y sus asesores llegaron a la conclusión de que la única posibilidad que les quedaba para dar un vuelco a la situación era sorprender a Rajoy con la guardia baja y noquearlo con un gancho de izquierda (Bárcenas). Aunque para unos Rajoy ganó a los puntos y para otros Sánchez fue el vencedor del combate, la mayoría de los ciudadanos pensaron que Iglesias y Rivera fueron los más beneficiados. Tres días después del bronco encontronazo, Rajoy recibió un formidable puñetazo (esta vez de verdad) en Pontevedra y todos los líderes políticos –incluidos los patrocinadores de la ‘kale-borraka’ y los ‘escraches’– lamentaron el suceso.
Rajoy golpeado en Pontevedra.
Mariano Rajoy Brey saluda a la Canciller de Alemana Angela Merkel antes de la cumbre de la Union Europea celebrada en Bruselas. EFE Horst Wagner.
La lectura de los labios de Rajoy mientras conversaba con Merkel en el Consejo europeo confirmó, a dos días de las elecciones, que Podemos podía convertirse en la segunda fuerza más votada como indicaban las encuestas publicadas en Andorra. Merkel escuchaba compungida a Rajoy mientras parecía decirse a sí misma “no, no, por favor, ya perdimos un año con Syriza, y esto podría ser peor”. Ese mismo día una televisión proclive a Podemos daba coba a un Iglesias que sacaba pecho y se mostraba confiado en la remontada. De las cuatro grandes incógnitas que planeaban sobre la noche electoral, la magnitud de la victoria del PP, el zarpazo de Podemos al PSOE, el respaldo electoral al independentismo en Cataluña y la gobernabilidad de España, los resultados electorales han despejado las tres primeras.
Victoria del PP y derrota del PSOE
Rajopy agradece a sus simpatizantes el apoyo desde el balcón de la sede del PP en Madrid junto a su esposa y la vicepresidenta Saénz de Santamaría.
Con el 95,1% de los votos escrutados, el 28,7 % de los españoles han respaldado al partido del Gobierno que obtiene 122 escaños, muy lejos de la holgada mayoría absoluta (186) obtenida en 2011. Estas cifras se sitúan cerca de los resultados que les otorgaban las encuestas más optimistas, si bien no se ha producido la remontada histórica que, al calor de la mejora de la economía, ocurrió en el Reino Unido en mayo. Los casos de corrupción (Bárcenas, Gürtel y Rato) han inclinado a bastantes electores hacia Ciudadanos (13,8% votos y 40 escaños) que ha capitalizado también la huida en masa de los votantes de UPyD, ya casi historia. PP y Ciudadanos suman 160 escaños
Iglesias en la noche del 20-D con Podemos blanqueado.
Sánchez reconoce que corresponde al PP formar gobierno.
Podemos (69 escaños y 20,6% votos) se ha acercado al PSOE (91 escaños y 22,1% votos) que sigue siendo la segunda fuerza política. Sánchez ha conseguido el respaldo de 22 de cada 100 votantes, el peor resultado del PSOE desde 1977, mientras que Iglesias ha logrado sumar al voto indignado buena parte de los votantes de IU que, como UPyD, ha perdido 800.000 votos. A pesar del innegable avance, está claro que la inmensa mayoría de los españoles no apoyan el proyecto ruptura+republica de Podemos e IU. Por su parte, la cúpula del PSOE haría bien en meditar si las concesiones al PSC y su apuesta por el federalismo lo han convertido en un partido invertebrado y confuso, poco atractivo para la mayoría de votantes. Las urnas tampoco han revalidado las pretensiones de los partidos independentistas de Mas y Junqueras que han obtenido 17 escaños y el 4,6% de los votos, peores resultados que los obtenidos por CiU y ERC en 2011. Mas y su partido, que queda en cuarto lugar en Cataluña, dejan de ser la fuerza de referencia.
Mas y Homs han logrado convertir a su partido en la cuarta fuerza política en Cataluña.
Mantener el rumbo
Congreso histórica sesión plenaria del 8 de abril 2014 en la que se rechazó la petición de los partidos CiU, ERC e ICV-EUiA para que se transfiriese al gobierno catalán la potestad de celebrar un referéndum de autodeterminación.
Queda por saber si la mayor fragmentación del Congreso permitirá mantener el rumbo actual y afianzar la recuperación económica, todavía débil y sujeta a numerosas incertidumbres. Ojalá que el PSOE recupere pronto la centralidad perdida y se decida a apoyar el reformismo medido que han respaldado las urnas. Ni la mejora del funcionamiento de nuestras instituciones ni la lucha contra la corrupción o contra la desigualdad exigen abrir un período constituyente que pondría en peligro nuestro bienestar y nuestra participación en el proyecto europeo.
Clemente Polo 